Tradiciones
y Costumbres -
Geografía de
Venezuela
Localización de superficie
El territorio venezolano, con una superficie total de 916.445 km2
(área continental e islas) está localizado en la porción
septentrional de América del Sur, entre los paralelos 0° 43"
y 2° 11' 46" de latitud N y los meridianos 59° 48' y 73° 25'
de longitud O; es por consiguiente un territorio totalmente ubicado
en el hemisferio N. Venezuela posee más de 2.800 km de costa Caribe
y Atlántica, aunque fundamentalmente sobre el Caribe, así como
también condiciones positivas de navegación a través de su
principal río, el Orinoco. Es un país cuyas características de
localización son muy favorables. Su orientación hacia el Caribe
permite la navegación marítima, menos costosa, con los puertos
más activos del mundo. Tiene una localización central en relación
con el N y el S del continente americano y con África, es decir,
hacia los más diversos mercados del mundo; además, ésta ha
facilitado el acceso a los mercados petroleros internacionales, y ha
estimulado el tráfico aéreo internacional sobre su espacio. El
territorio venezolano está limitado al N por el mar Caribe, al E
por el océano Atlántico y la República de Guyana, al S por la
República Federativa de Brasil y al O por la República de
Colombia.
El ambiente físico natural
Relieve: El extenso territorio venezolano muestra grandes
diferencias de relieve, que al presente, es una etapa del largo
proceso evolutivo de nuestro planeta, el cual comenzó hace más de
600.000.000 de años. El relieve más antiguo corresponde al escudo
guayanés, el resto del territorio actual se hallaba ocupado por un
mar que cubría profundas depresiones, de las cuales surgieron
posteriormente a lo largo del tiempo, los distintos relieves
actuales. De acuerdo con las macroformas del relieve venezolano,
éste se puede clasificar en 6 provincias fisiográficas, en las
cuales, a su vez, se diferencian áreas de cierta homogeneidad,
denominadas regiones naturales, tomando en cuenta las
características del relieve, clima o vegetación; estas provincias
fisiográficas son: cordillera de la Costa; serranías de Lara,
Falcón y Yaracuy; los Andes; los llanos; la Guayana venezolana y
las llanuras costeras e islas. La cordillera de la Costa se extiende
desde la depresión Turbio- Yaracuy al O, hasta la doble península
de Araya-Paria al E (incluyendo el N de Anzoátegui y Monagas); de N
a S está comprendida entre el mar Caribe y la depresión llanera;
se encuentra dividida en 2 sistemas: el central y el oriental,
separados por la depresión de Unare; ambos abarcan total o
parcialmente las entidades federales de Yaracuy, Cojedes, Carabobo,
Aragua, Guárico, Distrito Federal, Anzoátegui, Sucre y Monagas. El
sistema orográfico central se originó durante el Cretáceo,
sufriendo hundimiento posterior y reapareciendo durante el
Terciario; está formado por rocas sedimentarias y metamórficas
(gneis y esquistos), con intrusiones ácidas (granitos) al N y
básica (gabros) al S, donde también hay predominio de materiales
sedimentarios; las intrusiones originaron 2 franjas desiguales al N
y al S, separadas por el surco tectogénico que constituye la
depresión del lago de Valencia, el valle del Tuy y el estuario
rellenado de Barlovento. Como regiones naturales se diferencian;
macizo de Nirgua, cadena del Litoral, depresión del lago de
Valencia y valles del Tuy medio. El sistema orográfico oriental se
presenta en 2 franjas desiguales en anchura, longitud y topografía;
aun cuando ambas se formaron durante el Cretáceo, son de origen y
textura rocosa diferentes; la norteña, extendida a lo largo de la
doble península Araya-Paria, está constituida por rocas
metamórficas (micaesquistos principalmente); presenta gran
similitud su petrografía con la cadena del Litoral Central, aun
cuando las alturas son menores; como regiones naturales pueden
señalarse: cadena del Litoral Oriental, macizo del Bergantín,
macizo de Caripe y valle del Manzanares. Las serranías de Lara,
Falcón y Yaracuy, constituyen una provincia que se caracteriza por
presentar un relieve poco elevado, de transición, el cual se
extiende entre los Andes y la cordillera de la Costa. Pueden
distinguirse como regiones naturales las siguientes: las serranías
de Coro; la depresión de Carora y el Tocuyo medio; la depresión
del Turbio-Yaracuy y la sierra de Aroa. La provincia fisiográfica
de los Andes agrupa 2 subprovincias; los Andes venezolanos y la
sierra de Motilones-Perijá; ambos relieves son de origen Terciario,
siendo el segundo de principios del Eoceno y Oligoceno; los Andes
venezolanos actuales surgieron durante el Mioceno; durante el
Plioceno se produjeron nuevos levantamientos en ambas subprovincias.
La cordillera de Mérida o Andes venezolanos es un relieve de
dirección SO-NE, con una longitud de 460 km; está limitado al SO y
al NE por 2 fosas tectónicas: la depresión del Táchira y la del
Yaracuy respectivamente; estructuralmente, el sector NE está
formado por rocas metamórficas e ígneas (esquistos, gneis,
granito); hacia el SE predominan rocas sedimentarias (serranías del
Uribante y del Caparo); la estructura central se halla también
formada por rocas ígneas y metamórficas y es donde se presentan
las máximas alturas, desde el páramo del Batallón, al S de La
Grita, hasta el páramo de Cendé, al S de Carache, las cuales no
bajan en promedio de 3.000 m; aquí es donde se encuentran los picos
más elevados del relieve venezolano; entre ellos, destacan el pico
Bolívar con 5.007 m y las cumbres de Humboldt y Bonpland con 4.942
y 4.883 m respectivamente; a partir del páramo de Cendé el relieve
comienza a descender, bifúrcandose en 2 sierras: Barbacoas y
Portuguesa; este gigantesco macizo, constituido por bloques
separados por medio de fosas o depresiones lineales, está dividido
en la dirección de su eje, en 2 sierras principales: sierra Nevada
de Mérida (al S de la depresión) y sierra de La Culata (al N de la
misma). Los ríos que ocupan la depresión son el Chama, en su
sector central y el Motatán al N. Pueden definirse como regiones
naturales: la depresión del Táchira; la sierra nevada de Mérida y
de Santo Domingo, la sierra de La Culata; los valles del Chama y el
Motatán; la cordillera de Trujillo; las sierras de Calderas y de El
Rosario; la sierra de Barbacoas, de Portuguesa y la serranía del
Batallón: y la región Tamá-Capacho. La sierra de
Motilones-Perijá es una prolongación de la cordillera oriental
colombiana; configura 2 secciones de morfología y amplitud
diferentes; se inicia en el valle del río Intermedio y termina en
los Montes de Oca; la sección S constituye la sierra de Motilones,
de orografía simple; la sección N, se divide en 2 filas: la
serranía de Valledupar al O y sierra de Perijá al E. La sierra de
Motilones tiene una estructura predominante de rocas ígneas y
metamórficas, con estratificaciones cretáceas al N; a partir del
río Negro; hacia el N, el relieve se ensancha y se divide (al N del
Apón), formando 2 sierras paralelas; Valledupar (fronteriza) y
Perijá (al E). Entre ambas hay un surco por el que corren los ríos
Apón y Guasare, con rumbos opuestos. Las alturas de ambos alcanzan
los 3.000 m. Al N del paralelo 11, el relieve disminuye su altitud y
anchura y recibe el nombre de serranía de Montes de Oca; este
relieve está separado de la plataforma baja de la Guajira por una
línea de fallas. La provincia fisiográfica de los llanos está
localizada entre los Andes, la cordillera de la Costa y el Escudo
Guayanés y ocupa una tercera parte del territorio nacional; desde
los Andes hasta las bocas el Orinoco. Tiene una longitud aproximada
de 1.300 km, y hacia el O, se prolonga fuera del país, hasta la
llanura amazónica. Esta provincia presenta diferencias
morfológicas notables: comenzó a formarse durante el Carbonífero,
en el geosinclinal que separaba el Escudo Guayanés de las tierras
altas del N; posteriormente el geosinclinal se dividió en 2: uno
sufrió levantamientos y plegamientos y originó los Andes y el
otro, los llanos, en la medida en que el mar se fue retirando del
geosinclinal. La depresión se halla diferenciada en 2 mitades por
la estructura del eje El Baúl-Paraguaná, el cual se extiende hasta
las galeras del Cinaruco, en la margen izquierda del Orinoco y se
manifiesta por afloramientos rocosos ígneos y metamórficos del
Paleozoico Superior. Al O de este eje, se encuentran los llanos en
sentido estricto. Estos 2 bloques se seccionaron a su vez,
resultando 4 regiones de llanos: meridionales (o bajo llano),
occidentales, centrales y orientales. La Guayana venezolana es la
provincia fisiográfica que corresponde a los estados Bolívar y
Amazonas; está delimitada al N y al O por el río Orinoco; al E y
al S por las sierras de Imataca, Cuyuní, Pacaraima, Curupira y
Tapirapecó. El Escudo Guayanés conforma las tierras más antiguas
del país, en un inmenso bloque de rocas ígneas y metamórficas,
con intrusiones de rocas efusivas, el cual, por efecto de presiones
tectónicas, fue resquebrajado en bloques menores sobre los cuales
la acción de la erosión ha proporcionado una apariencia de
orografía sistemática. Pueden diferenciarse 4 regiones naturales:
llanos ondulados, cuenca Cuyuní, mesetas del S y penillanura del
Casiquiare. Las llanuras costeras e islas integran una provincia
fisiográfica, conjuntamente con la plataforma continental y están
localizadas en la periferia de los relieves montañosos del país.
Las regiones naturales más destacadas en cuanto a superficie
abarcada, son de O a E las siguientes: las llanuras deltaicas, la
costa de Araya-Paria, la planicie de Aragua-Neverí, la isla de
Margarita (núcleo montañoso oriental, núcleo montañoso
occidental, llanura costera), la cuenca del Unare, la llanura de
Barlovento, la costa alta del centro, la planicie aluvial de los
ríos Yaracuy y Aroa, la llanura deltaica de El Tocuyo, la planicie
del Hueque y el Ricoa, la península e istmo de Paraguaná, la costa
baja de Coro y la cuenca del lago de Maracaibo (con sus 5 sectores:
norte-oriental, meridional, occidental, marabina y Guajira).
Hidrografía: Las grandes cordilleras determinan la distribución de
las aguas superficiales en 2 vertientes: Caribe y Atlántica. La del
Caribe la integran 8 grandes cuencas: la del lago de Maracaibo, del
golfo de Venezuela, de los valles marítimos, del litoral central,
del Tuy, del Unare, del Macizo Oriental y la de Paria. La vertiente
del Atlántico la integran principalmente los ríos del vasto
sistema del Orinoco, cuya cuenca comprende las zonas del Apure,
Guárico, Anzoátegui, Monagas, del alto Orinoco, Sipapo, Ventuari,
Suapure, Cuchivero, Caura, Aro, Caroní y delta del Orinoco;
también forman parte de esa vertiente Atlántica (pero no de la
cuenca del Orinoco) la cuenca del golfo de Paria y la del Cuyuní
(esta última drena al Atlántico a través de Guyana). El
Casiquiare, al S del estado Amazonas, forma parte de la cuenca del
río Negro, que a su vez integra la cuenca del Amazonas. La única
cuenca interior o endorreica de Venezuela es la del lago de
Valencia. La importancia de las aguas superficiales en la
conformación del modelado superficial de Venezuela, es innegable.
El río Orinoco, eje central de la hidrografía nacional, tiene una
longitud de 2.140 km; visto en un mapa simula una especie de arco
que se inicia en el estado Amazonas; cerca del Brasil, al S del
país, corre hacia el O, luego al N y finalmente toma rumbo al E
para llevar su caudal al océano Atlántico. La cuenca venezolana
del río Orinoco cubre, parcial o totalmente, áreas de 17 estados,
recibe aguas de unos 1.000 ríos y quebradas de los cuales 194 son
de gran caudal, lo cual permite que en la desembocadura, el río
tenga un caudal promedio de 18.000 m3/s. Los otros grandes ríos de
Venezuela son: el Apure, el Capanaparo, el Cinaruco, el Meta, el
Arauca, el Caura, el Caroní, el Ventuari, el Uribante, el Santo
Domingo y el Portuguesa, todos tributarios de la cuenca orinoquense,
es decir, de la parte central y meridional del país. De la parte N
del territorio, resaltan los ríos Catatumbo y Escalante, que drenan
al lago de Maracaibo. En la zona centro-occidental, los ríos
Tocuyo, Aroa y Yaracuy constituyen los cursos de agua más
importantes. Los ríos Tuy y Unare, son los más importantes del
centro-norte del país y de ellos, el Tuy constituye la principal
fuente de abastecimiento de agua para la ciudad de Caracas. En la
parte oriental de Venezuela, los ríos presentan un recorrido y
caudal menor y entre otros, se destacan el Neverí y el Manzanares,
que llevan sus aguas al mar Caribe y el San Juan que desemboca en el
océano Atlántico.
Clima: A consecuencia de estar localizada a una baja latitud,
Venezuela es un país de clima tropical en una considerable
extensión de su territorio. El clima tropical se caracteriza por
presentar elevadas temperaturas medias durante todo el año (sobre
25 °C) y oscilaciones notables de éstas entre el día y la noche
(hasta de 16 °C en 24 horas). En vastas áreas del territorio
venezolano, la temperatura está sujeta a modificaciones, producto
de la altitud; esta diversidad de temperaturas, tiene valor
económico, ya que permite una variedad de cultivos. Venezuela se
encuentra dentro de la faja de vientos alisios; estos son vientos
planetarios que soplan desde las regiones de altas presiones de las
latitudes medias hacia las calmas ecuatoriales o frente
intertropical. La dirección e intensidad con que soplan en
Venezuela, oscila notablemente durante el año, de acuerdo con la
estación; entre enero y abril, la dirección predominante es del
NE; en cambio, en julio es del E. La precipitación es un elemento
climático de primordial importancia en la caracterización del
clima venezolano; en el país predominan las precipitaciones de tipo
convectivo, es decir, las que son producto del calentamiento
excesivo de la superficie de tierras y aguas, lo cual origina el
ascenso de corrientes verticales de aire caliente y húmedo, que al
enfriarse, producen la condensación del vapor de agua y la
formación de densas nubes, casi siempre en forma de cúmulos; estas
precipitaciones son comunes en vastas áreas del país durante la
estación lluviosa. Otro tipo de precipitaciones comunes en
Venezuela son las orográficas, o sea, las que se originan cuando
grandes masas de aire húmedo encuentran barreras montañosas que
les obligan a ascender y enfriarse, provocando su condensación y
precipitación; tal como ocurre en las laderas de las montañas de
Barlovento. Los volúmenes de precipitación presentan grandes
diferencias regionales; sin embargo, cuando ningún otro factor
interviene, las lluvias en Venezuela disminuyen de S a N; las
precipitaciones máximas ocurren en el Amazonas, mientras que las
mínimas corresponden al litoral Caribe (península de Paraguaná);
las precipitaciones más próximas a las medias nacionales ocurren
en los llanos, donde son también las más regulares en cuanto al
régimen estacional; en las laderas andinas hay lluvias abundantes,
pero en las áreas más elevadas son relativamente escasas; en las
áreas intramontañosas situadas a barlovento de los alisios (como
la depresión del istmo de Paria, Barlovento y la depresión del
Yaracuy), las lluvias aumentan considerablemente. De acuerdo con el
sistema de clasificación de Koeppen, los principales tipos de clima
en Venezuela son: el de selva tropical lluvioso (AF) en Amazonas y
sur de Guayana; el de sabanas (AW), el cual ocupa la mayor
extensión del país incluyendo los llanos al N de Guayana, la mayor
parte de la cordillera de la Costa y las secciones más bajas de los
Andes; y el de estepas (BS) en el litoral seco, en las depresiones
de Lara y Falcón y algunos valles bajos andinos.
Vegetación: La vegetación natural es la totalidad de formaciones
constituidas por las plantas nativas de un área. Los factores
geográficos influyen o limitan la vegetación, de allí que en
Venezuela puede señalarse la existencia de las siguientes
formaciones vegetales: selvas lluviosas (corresponden a áreas de
gran humedad y altas temperaturas constantes como la Amazonia
venezolana); bosques nublados (corresponden a las áreas de intensa
humedad permanente de las partes altas de los Andes, de la
cordillera de la Costa y de los tepuyes guayaneses); bosques
deciduos o caducifolios (ocupan una ancha faja en la cordillera de
la Costa, en el piedemonte andino y en la Guayana, donde hacia el N
compiten con las sabanas y hacia el S con la selva); sabanas
(corresponden a una vegetación predominante de gramíneas, ubicadas
en la mayor parte de los llanos y extensiones considerables de
Guayana); formaciones xerófilas (ubicadas al N de Guayana, áreas
de la cuenca de Maracaibo, en el piedemonte oriental andino, en los
llanos altos centrales y las mesas orientales); páramos y
matorrales andinos (abundantes en hierbas y arbustos leñosos, con
árboles escasos); y manglares (son formaciones halófilas a lo
largo de las costas bajas venezolanas como el delta del Orinoco,
golfo de Cumaná, lagunas de Píritu, Unare, Carenero, costas de
Carabobo, Falcón y del lago de Maracaibo).
Los factores geohistóricos y su influencia en la conformación del
país
Paisaje prehispánico: Para el momento del descubrimiento de
América, a fines del siglo XV, el territorio actual de Venezuela se
encontraba ocupado por una gran diversidad de pueblos, con
diferentes grados de cultura y modos de vida; estos pueblos
abarcaban desde el nomadismo recolector hasta una organización
social bajo un jefe y una agricultura experimentada. Las fuentes
históricas conocidas han permitido hacer una estimación general de
las áreas más densamente pobladas y de las áreas con población
nómada y aunque ello no proporciona información precisa de los
volúmenes poblacionales, sí procura cierto nivel de conocimiento,
el cual deberá ser ampliado y complementado por las investigaciones
arqueológicas y etnolingüísticas; de esta manera se logrará la
caracterización definitiva del poblamiento del territorio de
Venezuela durante el período prehispánico. Puede decirse que
existían fundamentalmente dos grupos lingüísticos dispersos en
todo el ámbito nacional: el arawaco (o aruaco) y el caribe; estos
grupos estaban concentrados en grandes áreas dentro de las cuales
estaban enclavados otros pueblos, cuyo grupo idiomático no ha sido
bien determinado todavía. Los estudios arqueológicos permiten
presumir que los pueblos arawacos eran de procedencia andina
suramericana, la cual debió entrar por el corredor del Orinoco,
ocupando las riberas del río; invasiones más tardías pudieron
entrar por el piedemonte llanero occidental de los Andes
suramericanos y por la costa atlántica desde el Amazonas;
posiblemente los pueblos ribereños avanzaron hacia la costa y hacia
el piedemonte andino; asimismo, aprovecharon las abras orográficas,
especialmente el surco Turbio-Yaracuy, para desplazarse hacia las
tierras falconianas y el golfo de Venezuela y llegar hasta la
Guajira; hacia el oriente, lograron dispersarse hasta las pequeñas
Antillas. Este avance arawaco produjo el aislamiento de otros grupos
radicados anteriormente en el territorio, tal es el caso de los
timotes, cuicas y chamas, en los Andes, grupos que se presume eran
de lengua betoya. La otra oleada invasora, la de los caribes,
provenientes de las tierras ístmicas del Caribe, ocurrió unos
siglos antes de la llegada de los españoles; logró ubicarse entre
los pobladores existentes, especialmente en el centro y oriente,
aislando a su vez a los arawacos, sin embargo, estos se mantuvieron
en occidente, con excepción de los Andes y de la vertiente
occidental del lago de Maracaibo. La cordillera andina estaba
poblada por los timoto-cuicas, en sus áreas más elevadas y en
algunos valles que descienden hasta las tierras cálidas,
coexistiendo con pueblos de diferentes etnias. Los caquetíos,
jiraharas, gayones y ayamanes penetraron por el flanco meridional de
la cordillera a través de los cursos de los principales ríos y
obligaron a los timoto-cuicas a refugiarse en las altas cumbres. El
poblamiento de los Andes venezolanos presentaba distintas densidades
demográficas, producto de las actividades económicas de los
diferentes grupos. Las áreas con altas densidades de población
correspondían a las agriculturas de riego permanente, cuya
población estaba organizada en aldeas con viviendas de piedra, paja
y barro. Las áreas con una relativa densidad demográfica pero con
aldeas estables, fueron aquéllas cuya agricultura era de azada. Las
áreas con escasa densidad demográfica se vinculaban con una
economía basada en la recolección, caza y pesca y se localizaban
en la periferia. La agricultura de los timoto-cuicas es la actividad
más avanzada de los primitivos pobladores en el país. De allí que
en sus relatos, Jorge de Spira señala que cuando ascendía de los
llanos de Barinas, localizó poblados con depósitos de más de
1.500 fanegas de maíz, volumen significativo de excedente
agrícola, el cual permitía el intercambio de productos de consumo
con otros grupos indígenas. Los pobladores andinos mantenían
comercio con las poblaciones del llano y del lago de Maracaibo, y la
agricultura del área andina influyó de manera significativa en la
concentración y estabilidad de la población indígena;
posteriormente, estas peculiares condiciones demográficas se ponen
de manifiesto, en el período colonial, ya que las primitivas aldeas
indígenas facilitaron la fundación de pueblos hispanos, como es el
caso de los Aborígenes tostós, tomoni, jajáes y tiranjá, los
cuales fueron la base para el establecimiento de las poblaciones de
Tostós, Niquitao, Jajó y Tirandá, entre algunos de los numerosos
ejemplos. Asimismo, los Andes requirieron de escasa mano de obra de
negros esclavos. Las costas y tierras adyacentes del lago de
Maracaibo, estaban pobladas por grupos arawaco y caribes. Alonso de
Ojeda estableció contacto en 1499 con aldeas enclavadas en el lago;
estos grupos eran pueblos de economía preagrícola. En la Guajira
venezolana dominaba el nomadismo; en la provincia de Paruara,
Axuduara, Xuruara o Churuaran, la cual incluía las tierras planas
costaneras del lago, desde Punta Misoa hasta la desembocadura del
Chama, predominaban los grupos preagrícolas, pero también
existían aldeas cuya vida económica combinaba la pesca, el
intercambio de bienes de consumo y la agricultura. Las fuentes
históricas señalan que el actual estado Falcón estaba ocupado por
caquetíos y jiraharas; los primeros, de filiación arawaca,
residían en la llanura costera desde los límites de Falcón y
Zulia hasta la boca del Yaracuy, los segundos ocupaban las áreas
montañosas de Falcón (sierras de San Luis, Churuguara, Aguas
Negras), hacia el O coexistían con ayamanes y gayones. Los
caquetíos fueron una población numerosa, consecuencia de la
agricultura de bajo riego; y desarrollaron rutas
comercial-migratorias hacia el interior, en los valles del Turbio y
del Yaracuy. Los valles centrales y estribaciones de la cordillera
de la Costa formaban también un área densamente poblada,
cultivaban maíz, yuca, batata, auyama y árboles frutales. Los
indios aragua se concentraban en el valle del mismo nombre y los
tacarigua en las vertientes del lago de Valencia. Ocupaban también
estos grupos las ensenadas de la costa; fueron cultivadores y
pescadores y desarrollaron asimismo una excelente alfarería. Los
cumanagotos se extendían por la costa, faldas montañosas de
Bergantín, valle del Neverí-Prespuntal y tierras de contacto en la
cuenca de Unare y las mesas; estos aborígenes habitaban aldeas que
constituyeron una importante base para el desarrollo demográfico
durante la colonización. En el litoral y en la isla de Margarita
habitaban los guaiqueríes, dedicados a la pesca y a la agricultura
primitiva. El denso poblamiento del nororiente del país contrasta
con la escasa población dispersa observada en las riberas del
Orinoco. Ambas riberas del río estaban despobladas, por lo menos
hasta los raudales de Atures. Los llanos venezolanos estaban
ocupados por grupos con diferentes grados de desarrollo
económico-social, los había dispersos con una economía de
recolección, caza y pesca; y otros nucleados y asentados en aldeas
como los otomacos, localizados en las llanuras entre el Apure y el
Orinoco, con agricultura y pesca intensivas. Llano adentro residían
los achaguas, nación muy numerosa, extendida desde Barinas por
todos los llanos occidentales hasta Popayán (actual República de
Colombia).
Proceso de colonización y organización del espacio: El viaje
descubridor de Venezuela no tuvo consecuencias en la población
aborigen. Sin embargo, las siguientes expediciones a las costas
venezolanas (Ojeda, 1499 y Niño, 1499-1500) dieron comienzo a las
depredaciones de la población indígena venezolana al ser
capturados esclavos con destino a La Española y Puerto Rico. Los
españoles dan inicio a la explotación de perlas en la isla de
Cubagua donde surge la primera, aunque efímera, población de Nueva
Cádiz, en territorio venezolano. En el oriente del país, la
explotación perlífera fue la actividad fundamental, a través de
Cubagua y Margarita; ésta última fue también el gran centro de
esclavos indígenas. En el occidente del territorio, Juan de Ampíes
fundó la primera ciudad, Coro, en 1527; a través de estas
poblaciones al oriente y occidente de la costa, es como se inicia la
ocupación del territorio venezolano; a partir de 1528, a raíz del
contrato entre la Corona española y los Welser, la provincia es
objeto de expediciones por sus agentes alemanes, con fines
comerciales, no colonizadores. Al fracasar en su empresa, el
territorio venezolano vuelve a ser administrado directamente por la
Corona en 1546. El año anterior, Juan de Carvajal realiza una
expedición que sale de Coro y establece una población en el valle
de El Tocuyo, la cual es el núcleo de irradiación de la conquista
y colonización del territorio occidental del país. Subsiguientes
expediciones organizadas desde allí, dieron origen a otros pueblos:
Borburata, Barquisimeto, Valencia, Carora, Trujillo. A fines del
siglo XVI, los españoles habían logrado fundar 20 ciudades en el N
y O de Venezuela, entre ellas las 4 mayores: Caracas, Maracaibo,
Barquisimeto y Valencia. Las primeras ciudades fueron establecidas
en sitios cercanos a aldeas indígenas, es decir, grupos con mayor
nivel cultural, a fin de garantizar mano de obra. El poblamiento
estuvo íntimamente relacionado con ciertos factores naturales, como
la altitud, a fin de establecerse en sitios con temperaturas más
bajas y soportables, y la ubicación en relación al mar o algún
río. Asimismo, este proceso estuvo muy vinculado a las actividades
económicas. El proceso de ocupación fue lento y difícil. Los
conquistadores debieron luchar contra los diferentes grupos
aborígenes. A fines del siglo XVI, todavía había vastas
extensiones del territorio sin colonizar: casi toda la cuenca del
lago de Maracaibo, los llanos y Guayana. Desde mediados del siglo
XVII, esta tarea estuvo prácticamente en manos de los misioneros
agustinos, capuchinos, jesuitas, franciscanos y dominicos, cuya
acción fue muy efectiva en ciertas áreas y abrió el camino hacia
el interior de Venezuela. La población de origen africano comienza
a llegar al territorio venezolano en el siglo XVI, para trabajar en
la explotación de perlas y oro y posteriormente, para las
actividades agropecuarias, tales como el cultivo de cacao y la
ganadería. Las plantaciones de cacao dieron origen a la población
negra en 4 zonas principalmente: en la costa Caribe entre Paraguaná
y el golfo de Paria; en los valles centrales del Tuy, de Aragua y
Barlovento; en la depresión de Yaracuy y en el S del lago de
Maracaibo. Las actividades ganaderas en los llanos permitieron la
formación de numerosos poblados, bien sea en los mismos hatos o
alrededor de éstos. Durante los 3 siglos del período colonial, se
constituyó la población venezolana, producto del intenso proceso
de mestizaje étnico-cultural de europeos, aborígenes y esclavos
africanos; cuyo proceso formativo incide en la concentración,
distribución e integración de áreas demográficas hasta la
Venezuela contemporánea.
Organización político-administrativa actual: La división
territorial establecida durante el régimen español fue la de
provincias. En 1864, cuando se constituyó la República Federal,
las 20 provincias entonces existentes pasaron a ser estados.
Constituciones sucesivas han modificado esta división territorial,
agrupando a veces algunos estados para formar un número menor, pero
en definitiva se han conservado a raíz de la independencia, con
algunos ajustes. La Constitución de 1961 establece que el
territorio nacional se divide en 20 estados, 2 territorios y un
Distrito Federal. A partir del 3 de agosto de 1991 el Congreso de la
República mediante Ley Especial, decreta que el territorio federal
Delta Amacuro pasa a la categoría de estado. Igualmente, en fecha
29 de julio de 1992, el territorio federal Amazonas pasa a ser
estado Amazonas. De esta manera, la actual división territorial del
país es de un distrito federal, 22 estados y las dependencias
federales. En relación con la división del país en regiones
administrativas, está vigente el decreto núm. 478 del 8 de enero
de 1980, el cual establece las siguientes regiones: Capital
(Distrito Federal y estado Miranda), Central (estados Aragua,
Carabobo y Cojedes), Centro-Occidental (estados Falcón, Lara,
Portuguesa y Yaracuy), Zuliana (estado Zulia), los Andes (estados
Barinas, Mérida, Táchira y Trujillo y distrito Páez del estado
Apure), los Llanos (estados Apure y Guárico), Nororiental (estados
Anzoátegui, Monagas y Sucre), Guayana (estados Bolívar, Amazonas y
Delta Amacuro), e Insular (estado Nueva Esparta).
Este proceso ha perdido vigencia con motivo de los cambios generados
con la promulgación de la Ley Orgánica de Régimen Municipal de
1988 y la de Elección y Remoción de Gobernadores de 1989, las
cuales al establecer un nuevo esquema de poder basado en los
ámbitos estatal y municipal, restaron de hecho, importancia y
funcionalidad al esquema de actuación regional.
La población
Venezuela, de acuerdo con las cifras de XII Censo Nacional de
Población y Vivienda, de 1990, contaba con una población de
18.105.265 h, de los cuales 9.019.757 eran hombres y 9.085.508
mujeres, es decir, que la distribución por sexo muestra una
relación armónica. La composición por edades presenta una
pirámide de base ancha producto de un alto porcentaje poblacional
en los estratos de menor edad; un total de 8.666.365 h, lo cual
representa un 47,9% del total poblacional, está constituido por
personas menores de 19 años; entre 20 y 59 años de edad se
encuentran 8.337.303 h, es decir, un 46% del total, lo cual
determina un saldo de 1.101.597 h mayores de 60 años, un 6,1% del
volumen nacional. Estas cifras revelan, en comparación con el censo
anterior de 1981, un cambio en la composición etárea de la
población, con una tendencia a disminuir el porcentaje de
población menor de 19 años con relación al total, lo cual es
consecuencia de la reducción progresiva en la tasa de natalidad.
Esta distribución coloca a Venezuela como uno de los países con
mayor índice de población en edad infantil, por cuanto de los
8.666.365 h menores de 20 años, unos 6.743.851 están comprendidos
entre 0 y 14 años de edad y constituyen la población preescolar y
escolar del país. Esta cifra representa el 37,2% de la población
total nacional y es indicativa de la demanda existente a nivel
educacional de ese segmento de población en Venezuela. La
distribución espacial de la población venezolana presenta una
marcada tendencia al fenómeno de concentración, el cual ha sido
acelerado en los últimos 40 años, especialmente a partir de la
década de 1960. Sin embargo, la relación general
población-territorio es baja y se sitúa en niveles de países
escasamente poblados. Tomando como expresión territorial la cifra
de 912.050 km2 y de acuerdo con la población resultante del censo
de 1990, Venezuela tiene una densidad demográfica de apenas 19,74
habitantes por kilómetro cuadrado. Para comprender la verdadera
distribución poblacional, esta cifra debe relacionarse con los
valores de las diferentes regiones del país. Así, la Región
Capital, que incluye el estado Miranda y el Distrito Federal, agrupa
a unos 3.974.754 h, el 22% del total. La región Central, conformada
por los estados Aragua, Carabobo y Cojedes tiene 2.755.430 h, para
un 15,2%. La Región Contro-Occidental, que agrupa los estados Lara,
Falcón, Portuguesa y Yaracuy, tiene 2.753.317 h, para un 15,2% del
total nacional. La Región Zuliana posee 2.235.305 h, el 12,3%. La
Región de los Andes, conformada por los estados Barinas, Mérida,
Trujillo y Táchira, con 2.296.330 h, para un 12,68%. La Región
Nororiental, compuesta por los estados Sucre, Anzoátegui y Monagas
con 2.009.510 pobladores para un 11,1% del total. Finalmente, la
Región de Guayana, que incluye a los estados Bolívar, Delta
Amacuro y Amazonas; la Región de los llanos, que incluye a los
estados Guárico y Apure y la Región Insular, que corresponde al
estado Nueva Esparta y las dependencias federales, con poblaciones
de 1.040.591, 774.035 y 263.748 h respectivamente y que en cifras
relativas conforman en el mismo orden, 5,7%, 4,3% y 1,5% del total
poblacional nacional. Un hecho importante ocurrido en la población
venezolana, ha sido el cambio de condición rural a urbana en un
período muy corto. El XII Censo Nacional de Población y Vivienda
de 1990, indicaba una distribución de habitantes venezolanos
mayoritariamente ubicada en centros urbanos. Cerca del 84,1% de la
población venezolana vive hoy en centros poblados mayores de 2.500
h y apenas un 15,9% puede considerarse como población rural. Estas
cifras, al ser comparadas con los resultados censales de 1950 o
1961, son realmente demostrativas del acelerado proceso de
urbanización en Venezuela. Así, en 1950, apenas el 47% de la
población era de carácter urbano y para 1961, esa cifra estaba en
62%. Sin embargo, en los últimos 30 años, los venezolanos han
asumido plenamente la concentración urbana como forma de vida, con
las complejidades y problemas que esos evidentes cambios han
generado, por efecto de la velocidad del proceso y la inadecuación
de los espacios urbanos existentes, para recibir en condiciones
aceptables esa migración constante de pobladores rurales hacia los
centros urbanos a nivel estatal, regional y nacional.
La población venezolana todavía presenta en la actualidad un
elevado índice de crecimiento que se sitúa, para 1990, en un 2,4%
anual, un poco más bajo que en la primera mitad del presente siglo,
que fue de hasta 3,6% anual y está ubicado en los niveles de
crecimiento acelerado en las consideraciones demográficas a nivel
mundial. Estas cifras se corresponden con un proceso de mejoramiento
constante en los niveles de salubridad y saneamiento ambiental, lo
cual se ha traducido en un aumento de la expectativa de vida del
venezolano y en una disminución importante de la mortalidad,
fundamentalmente en los infantes recién nacidos o en su primera
edad. Este hecho (aun cuando la natalidad, muy alta a principios y
hasta mediados del presente siglo, haya comenzado a mostrar una
disminución importante por el efecto de concentración urbana y de
incorporación de la mujer a la actividad política-económica plena
de la sociedad actual), ha permitido el continuo y acelerado
crecimiento de la población, especialmente en los últimos 50
años. El crecimiento de la población venezolana no es un elemento
de análisis fácil de configurar. Prácticamente hasta 1873, fecha
en la cual se realizó el primer censo de población, sólo se
habían realizado estimaciones de distinta índole para expresar el
volumen de habitantes existentes de Venezuela. Las primeras cifras
de población de la provincia de Venezuela se deben al obispo
Mariano Martí quien, desde 1772 hasta 1784, recogió datos sobre
los pobladores de su diócesis, la cual fue visitada por él en esos
años. La estimación de población para 1784 era de 333.532 h lo
cual concuerda con la cifra de 333.010 h reseñados en 1787 en la
visita del funcionario José de Castro y Araoz; estas cifras se
referían únicamente a la zona central y centro-occidental del
país y no incluyeron a Mérida, Barinas y oriente; en el mismo
año, se complementó un censo en las regiones de oriente, Barinas y
otras zonas de los Andes y se llegó a definir la población
venezolana en unas 680.000 personas. A partir de la visita de
Alejandro de Humboldt (1799-1800), se producen, con una frecuencia
cada vez mayor, estimaciones de la población venezolana con datos
no siempre concordantes, que sirven, sin embargo, para ilustrar
acerca del comportamiento poblacional durante el siglo XIX,
especialmente hasta la fecha del primer censo oficial de 1873.
Según las cifras de Humboldt, Venezuela contaba en 1800 con 780.000
h; para 1825, Agustín Codazzi estima esa población en 701.633 y el
mismo Codazzi, para 1839, señala la existencia de 945.348 h. A
partir del primer censo de 1873, los datos ofrecen una mayor
confiabilidad y a las cifras resultantes de 1.784.194 h le suceden
en los censos oficiales que se realizan en 1881, 1891, 1920, 1926,
1936, 1941, 1950, 1960, 1971, 1981 y 1990, cifras que permiten
analizar con mayor precisión el crecimiento real de la población.
El censo de 1936 presenta una población venezolana de 3.364.347 h y
ya para el de 1950 se superan los 5.000.000 de personas. En el
siguiente cuadro es posible observar el crecimiento poblacional
desde el 1936 hasta 1990 y la tasa de crecimiento promedio anual
intercensal expresada en términos porcentuales.
---------------------------------------------------------------------------------------
Años Población Crecimiento Aumento
(hab.) Intercensal(%) Absoluto(hab.)
---------------------------------------------------------------------------------------
1936 3.364.347 0 0
1941 3.951.371 3,4 587.024
1950 5.034.838 3,6 1.083.467
1960 7.523.999 4,0 2.489.161
1971 10.721.522 3,4 3.197.523
1981 14.516.735 3,1 3.795.213
1990 18.105.265 2,4 3.588.530
---------------------------------------------------------------------------------------
De acuerdo con esas cifras, la población venezolana a pesar de
mostrar tendencia decreciente en cuanto a tasas de crecimiento
vegetativo, básicamente por una disminución de la tasa de
natalidad, sigue mostrando un crecimiento sostenido.
Las actividades económicas
Venezuela es un país cuya economía está altamente influida por la
actividad petrolera. Desde principios de siglo se inició la
explotación de grandes yacimientos ubicados en la zona del lago de
Maracaibo y en los llanos orientales del país. Esta explotación
modificó radicalmente la estructura económica nacional, generando
la creación de un Estado caracterizado por su activa participación
en la generación de bienes y servicios y por su importancia capital
en la generación de empleo, todo ello gracias a la renta que la
exportación petrolera genera al país. Hasta la segunda década del
presente siglo, Venezuela fue un país de economía agrícola, cuya
principal actividad externa se basaba en la exportación de café y
cacao. Todo el ingreso nacional en términos de moneda extranjera
provenía de esas exportaciones, caracterizándose la economía
interna por una actividad agrícola de estructura semifeudal
orientada básicamente a satisfacer la demanda de alimentos de una
población dispersa, de limitados recursos materiales y con una
organización social primaria. El inicio de la era petrolera
introdujo cambios profundos en esa economía rural y entre otras
consecuencias inmediatas, generó el aumento continuo de los
ingresos fiscales y por ende, del poder del gobierno; una migración
de pobladores rurales hacia la capital del país y demás ciudades
cercanas a las zonas petroleras y un progresivo cambio de la
población a formas de organización y conducta social, que hasta
entonces eran, si no desconocidas, por lo menos limitadas a un
reducido segmento de la sociedad venezolana. Para tener una idea
general del cambio operado en la economía venezolana en los
últimos 150 años, podemos apreciar las cifras siguientes:
---------------------------------------------------------------------------------------------
Años Población Públicos Exportaciones
(millones h) (millones Bs.) (millones Bs.)
---------------------------------------------------------------------------------------------
1830 0,8 5,8 8,7
1890 2,3 45,0 100,9
1910 2,4 48,6 86,4
1920 2,4 101,1 225,4
1940 4,1 329,0 887,0
1950 5,0 1.917,0 3.846,0
1960 7,2 6.147,0 7.852,0
1970 10,3 10.252,0 12.121,0
1980 14,0 67.000,0 12.000,0
1982 14,9 86.800,0 78.200,0
1990 18,1 850.000,0 700.000,0
---------------------------------------------------------------------------------------------
Las cifras anteriores son ilustrativas de los cambios tan profundos
que han ocurrido en la economía venezolana, particularmente a
partir de 1910.
La actividad petrolera: Es importante destacar que el crecimiento
observado en el valor de las exportaciones está representado en
más de un 90% por la actividad petrolera, lo cual reafirma la
condición monoexportadora del país. Por otra parte, de los
ingresos recibidos por el Fisco nacional en los mismos años, más
de un 70% provienen del sector petrolero, con lo cual se afirma la
alta dependencia de la economía venezolana de la producción,
transformación y comercialización de Hidrocarburos. El producto
territorial bruto venezolano para 1994 fue de Bs. 536.343.000.000 a
precios de 1984, de los cuales la actividad no petrolera representó
el 74,4% con un valor de Bs. 399.438.000.000; el sector petrolero
constituyó el 23,9% con un valor de Bs. 128.407.000.000 y el sector
comercial de importación representó el 1,7% con un total de Bs.
8.453.000.000. Venezuela posee reservas probadas de petróleo, sin
incluir la faja bituminosa del Orinoco, de unos 20.000.000.000 de
barriles, lo cual representa el 3,5% de las reservas mundiales. Sin
embargo, se estima que en la faja del Orinoco hay reservas por unos
300.000.000.000 de barriles. Estas cifras son indicativas del
potencial existente en el país en relación con el petróleo y
señalan un período largo de actividad constante en este sector. En
la actualidad, el país produce alrededor de 2.500.000 b/d, de los
cuales se exportan 2.100.000, quedando para el consumo interno unos
400.000. Estas cifras de producción son el resultado de acuerdos
realizados en el seno de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP), la cual ha fijado para sus miembros (Arabia
Saudita, Argelia, Indonesia, Irán, Irak, Emiratos Arabes, Nigeria,
Kuwait, Ecuador y Venezuela) un volumen máximo de producción de
25.000.000 b/d., y el resto del mundo 41.000.000 b/d. Las áreas de
producción, según su importancia productiva, están localizadas en
la cuenca del lago de Maracaibo (especialmente la costa oriental),
los llanos orientales (mesas de Anzoátegui y Monagas) y los llanos
de Barinas. Cerca del 65% de la producción se extrae de la zona del
lago de Maracaibo, lo que la convierte en el centro geográfico
petrolero nacional. Desde 1970, se comenzó a estudiar una amplia
superficie comprendida entre el río Orinoco y el S de los estados
Guárico, Anzoátegui y Monagas, la cual se denomina faja bituminosa
del Orinoco, caracterizada como uno de los yacimientos más grandes
del mundo en petróleos pesados y extrapesados, de difícil
extracción y cuyo uso requiere previamente de complejos procesos
industriales. De los estudios realizados, se han logrado cuantificar
en más de 30.000.000.000 de barriles las reservas existentes.
Venezuela, cuya industria petrolera se inició y desarrolló bajo el
esquema de empresas transnacionales de capital norteamericano y
angloholandés, decidió en 1975 asumir estatalmente la propiedad y
manejo de esa industria. Mediante una Ley de Nacionalización el
Estado comenzó la operación total del negocio petrolero en enero
de 1976, realizando una labor de reestructuración que consistió
básicamente en reagrupar las diversas empresas existentes en 6
compañías controladas por una empresa matriz creada al efecto,
Petróleos de Venezuela, S.A., cuya función es la de coordinar la
actividad de las empresas resultantes, de las cuales 3 son
operadoras en extracción, refinación y comercialización (LAGOVEN,
MARAVEN y CORPOVEN), una es responsable del sector petroquímico
(PEQUIVEN), una es un instituto de investigación y desarrollo
tecnológico (INTEVEP) y una de abastecimiento de insumos y equipos
(BARIVEN). El proceso promedio de realización para 1994 por barril
fue de US $ 15,1 y el valor de exportación fue de US $ 17,2.
La actividad agrícola: Hasta principios de este siglo, la actividad
económica fundamental en Venezuela era la agricultura; con la
aparición del petróleo, el país cambió en sus estructuras
productivas y la crisis de 1930, que afectó las exportaciones
tradicionales de café y cacao, agravó la situación de la
producción interna, convirtiéndose el país en un importador neto
de casi todos sus requerimientos de alimentos y materias primas de
origen agrícola. Este proceso comenzó a revertirse a partir de
1936 con la iniciación de algunos programas de colonización y
asentamientos campesinos, así como la ampliación de la frontera
agrícola en los llanos occidentales, centrales y en la cuenca del
lago de Maracaibo, especialmente la zona S y O de la misma, con lo
cual la agricultura venezolana se expandió de lo que había sido
desde la Colonia su ámbito territorial, es decir, los valles altos
de la cordillera andina y de la serranía costera y los valles bajos
costeros del centro y N. Para 1961 se inició un proceso de reforma
agraria que generó cambios importantes en el patrón de tenencia y
uso de la tierra en la zona agrícola más antigua del país. Este
proceso benefició a unas 150.000 familias campesinas y afectó en
el proceso distributivo unas 8.000.000 ha; fue acompañado de
fuertes inversiones oficiales en programas de saneamiento ambiental,
construcción de sistemas de riego e infraestructura vial, que han
posibilitado la habilitación de alrededor de 2.500.000 ha, para
cultivos y unas 17.500.000 ha de pasto, de las cuales unas 5.000.000
son cultivadas. Presenta la agricultura venezolana una gran
diversidad de «sistemas agrícolas» o formas diferentes de
realizar la producción; estos sistemas han surgido en el país como
consecuencia de la diversidad de paisajes geográficos y por la
variedad cultural de la población venezolana, que ha aportado
distintas maneras de trabajar la tierra. Es posible identificar
actualmente unos 12 sistemas agrícolas que pueden identificarse de
la siguiente manera: plantaciones, horticultura de piso alto y de
piso bajo, fruticultura comercial, subsistencia con uso de fuerza
humana y con uso de fuerza animal, cultivos anuales mecanizados,
ganadería extensiva, semiintensiva e intensiva y la pesca artesanal
e industrial. En estos 12 sistemas de producción se realiza la
agricultura en Venezuela, siendo la más importante por razones
económicas, la ganadería y los cultivos anuales mecanizados. A
pesar de las condiciones geográficas existentes y la posibilidad de
un mercado interno y externo de magnitudes apreciables, la
agricultura venezolana no ha podido cumplir con los requerimientos
del abastecimiento nacional. Esta situación ha producido una fuerte
dependencia de las importaciones para atender el consumo interno,
especialmente en rubros de la dieta básica tales como: leguminosas,
aceites, azúcar y leche. Sin embargo, en otros renglones la
producción ha mostrado resultados satisfactorios y el país se
autoabastece en arroz, carnes rojas y blancas, frutas tropicales,
hortalizas, raíces, tubérculos, cacao y café, aunque con
altibajos coyunturales. Para 1994, el Producto Territorial Bruto fue
de Bs. 41.031.547.000 de los cuales el 36,8% corresponden al sector
vegetal y el 53% al sector animal, completando el resto el sector de
la pesca. Dentro de la producción agrícola total, lo aportado por
beneficiarios de la reforma agraria representa un porcentaje
relativamente bajo, por cuanto la mayor parte del producto es
generado por el sector empresarial rural en cuya denominación se
agrupan pequeñas, medianas y grandes explotaciones de carácter
privado y en donde la mayoría está representada por unidades de
producción entre 20 y 150 ha. Una característica de la agricultura
venezolana es la localización geográfica de la producción por
rubros en determinadas regiones del país. Así, y en forma muy
especial, es posible señalar que la producción de cereales se
ubica en los llanos del occidente, centro y oriente del país; que
la caña de azúcar ocupa los valles importantes del centro y
centro-occidente; que la ganadería lechera se encuentra
fundamentalmente en la cuenca del lago de Maracaibo y la ganadería
de carnes en los llanos bajos inundables del centro y S del país y
que en las zonas medias y altas de los Andes y la serranía de la
costa, se localizan las producciones hortícolas y frutículas.
Sector industrial: La actividad industrial en Venezuela es de
reciente data; las empresas más antiguas del país surgieron en el
ramo de alimentos y bebidas, en parte, por la sencillez tecnológica
y en parte, como una continuación del proceso agrícola. Es así
como a principios de siglo surgen los primeros centrales azucareros
y posteriormente, de procesamiento de maíz, algodón, aceites
comestibles, jabones, etc. Sin embargo, no fue sino hasta finalizada
la Segunda Guerra Mundial, cuando se da en el país un proceso de
industrialización más fuerte. La explotación petrolera generó
paralelamente el crecimiento de un parque industrial de apoyo,
especialmente en el área metalmecánica, la cual ha evolucionado de
forma importante. Es a partir de la década de 1950, y especialmente
después de 1958, cuando se genera un proceso de sustitución de
importaciones de bienes finales, que la industria venezolana logra
obtener niveles de crecimiento y especialización para abastecer en
su casi totalidad el mercado de consumo interno, aun cuando un
porcentaje alto de insumos continúa siendo de origen externo.
Tomando en consideración la clasificación de la industria en:
pesada o básica; intermedia o de bienes de capital; y de bienes
finales, y tratando de establecer una relación general de las
mismas, se puede caracterizar el plantel industrial venezolano. La
industria pesada o básica está constituida por el hierro, el
aluminio y el sector petroquímico. La industria del hierro y la del
aluminio se han desarrollado en Guayana, por 2 razones; la primera
de ellas es la presencia en gran cantidad de mineral de hierro y la
segunda la disponibilidad de energía barata por el desarrollo
hidroeléctrico del río Caroní; igualmente, fue factor importante
la navegabilidad del Orinoco, la cual permite el transporte fluvial
y marítimo de los productos siderúrgicos a los mercados externos.
Venezuela cuenta actualmente con una industria siderúrgica con
capacidad de producción para 5.000.000 t de acero, a partir del
mineral de hierro en las instalaciones de la Siderúrgica del
Orinoco (SIDOR), empresa estatal, además de 2 plantas privadas, que
usan como materia prima, chatarra o hierro de SIDOR(SIVENSA y
SIDEROTUR), una ubicada en Caracas y la otra en Barquisimeto. En
relación con el aluminio, Venezuela ha desarrolló su producción
con bauxita, importada de Jamaica y Guayana en 2 plantas ubicadas en
Ciudad Guayana, ambas con participación estatal y capitales
foráneos. La primera es Aluminios del Caroní, S.A. (ALCASA), y la
otra, Venezolana de Aluminios, S.A. (VENALUM). Actualmente se está
comenzando el desarrollo de los yacimientos de bauxita en la zona de
Los Pijiguaos, en el estado Bolívar. La industria petroquímica
nacional nace a mediados de la década de 1950, en Morón, estado
Carabobo. Allí surge el Instituto Venezolano de Petroquímica (IVP)
con una planta para fabricar fertilizantes a partir de productos y
subproductos del petróleo, suministrados inicialmente por la
empresa petrolera estatal Corporación Venezolana de Petróleos,
(CVP). En 1973, se inauguró el complejo petroquímico de El
Tablazo, en el estado Zulia, que consiste en un centro de
producción, no sólo de fertilizantes, sino de toda la gama de
insumos para la fabricación de plásticos, otros polímeros y
similares. Hablar de una industria de bienes de capital o intermedio
en Venezuela, no es apropiado. Razones de tamaño de mercado,
tecnología disponible y apoyo infraestructural, no han permitido la
creación de una verdadera industria de ese tipo. Quizás, como
muestra o punto de partida, puede señalarse parte del sector
metalmecánico, que ha tenido que suplir partes, al formarse algunas
industrias que producen ciertos tipos de máquinas, troqueles y
moldes, para que surjan empresas de bienes finales en esos campos.
En cuanto a la industria de bienes y consumo o finales, Venezuela ha
logrado un gran desarrollo. El proceso de sustitución de
importaciones que comienza en la década de 1950 y se intensifica a
partir de 1960, logró la apertura de un plantel industrial moderno
y eficiente en los sectores alimenticios, gráficos, farmacéuticos,
textil y de calzado, empaque, metalmecánico y de apoyo a la
construcción, el cual es capaz de generar productos de altísima
calidad y en cantidades suficientes para el mercado local. Sin
embargo, es importante señalar que muchas de las materias primas y
casi toda la maquinaria son de origen externo, con lo cual no puede
afirmarse que sea una industria sólidamente establecida. Aun con
esta característica, la contribución de la industria de bienes
finales es fundamental en Venezuela y de hecho, es la mayor
generadora de empleos y la que ha sido capaz de responder
afirmativamente al reto del autoabastecimiento.
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